James Wakibia, activista y fotoperiodista: “Hay que tomar decisiones difíciles por el bien del planeta”
- El keniata James Wakibia lleva una década luchando por reducir la contaminación de su país
- Su sueño es montar una planta de reciclaje
James Wakibia es de Kenya, y desde pequeño tenía un sueño, ser periodista. Hoy puede decir que lo ha conseguido, pero a mayores, la vida le ha hecho tomar otro camino, el activismo ambiental. En 2013 comenzó una campaña a través de la etiqueta #banplasticsKE (prohibir los plásticos en Kenia) que fue todo un éxito, pues logró una medida pionera: la prohibición de las bolsas de plástico en el país africano en 2017. No contento con eso, quiere seguir mejorando el medioambiente. Desde el 20 de agosto está intentando reunir fondos para montar un centro de recolección de plásticos que en el futuro pueda convertirse en una planta de reciclaje. Wakibia cree firmemente que hay que tomar decisiones valientes para poder hacer cambios significativos.
Pregunta: ¿Cómo comenzó su camino en el activismo ambiental?
Respuesta: Nací en un pequeño pueblo llamado Nakuru, y crecí rodeado de naturaleza. Mi vida cambió cuando me mudé a Nairobi en 2005. Pasé de un entorno tranquilo a una ciudad caótica, llena de contaminación y mala gestión de residuos. Fue un choque que, sin darme cuenta, me convirtió en activista. Con el tiempo, regresé a Nakuru para estudiar comunicación y medios en la Universidad de Egerton. Mi sueño siempre fue ser periodista, y la vida me hizo convertirme también en activista.
P: ¿Por qué inició su primera campaña medioambiental?
R: En 2013, me molestó profundamente la forma en que se gestionaban los residuos sólidos en Nakuru. Un vertedero mal gestionado estaba derramando desechos en las calles, lo que me llevó a pedir su cierre. Sin embargo, pronto me di cuenta de que el problema no era solo el vertedero, sino las bolsas de plástico en sí. Estas bolsas son livianas, se esparcen fácilmente con el viento y el agua, y terminan contaminando ríos y lagos. Así nació mi campaña, que comenzó como una llamada a gestionar mejor los residuos, pero rápidamente se transformó en una lucha por la prohibición de las bolsas de plástico en Kenia.
P: Su campaña fue un éxito rotundo. ¿Qué impacto tuvo y qué aprendió de esta experiencia?
R: Tuvo un impacto considerable, tanto a nivel local como internacional. La ministra de Medio Ambiente en ese momento, Judi Wakhungu, apoyó públicamente la prohibición, lo que ayudó a que se concretara. Aprendí que, a veces, hay que tomar decisiones difíciles por el bien del planeta, incluso si eso significa enfrentar oposición. La prohibición en Kenia fue una decisión valiente que otros países deberían considerar para proteger el medio ambiente.
–¿Cómo ha utilizado su habilidad en la fotografía para apoyar su causa?
–La fotografía fue una herramienta poderosa en mi campaña. Cada tuit, cada mensaje, iba acompañado de imágenes que mostraban el impacto de las bolsas de plástico en el medio ambiente. Estas imágenes circularon ampliamente, no solo en Kenia, sino también en otros países, ayudando a sensibilizar a más personas sobre la urgencia de la prohibición. La ONU ha utilizado fotografías mías para concienciar. Hay una imagen que es muy especial para mí, la tengo enmarcada en mi despacho. Retrata a unos niños que miran a un río lleno de plásticos. Fue una fotografía que dio la vuelta al mundo.
P: ¿Cómo ha equilibrado sus facetas de periodista y activista?
R: Ser periodista y activista al mismo tiempo es un desafío, porque el periodismo exige objetividad, mientras que el activismo requiere subjetividad. Pero creo firmemente que los periodistas son también ciudadanos y miembros de una comunidad, y no pueden quedarse como observadores pasivos. Es posible hacer ambos roles de manera sobria: cuando soy periodista, informo de manera objetiva; cuando soy activista, actúo con la pasión necesaria para impulsar el cambio.
P: ¿En qué consiste el nuevo proyecto que tiene entre manos?
R: Después de años de abogar por la prohibición de plásticos, decidí que era hora de pasar a la acción directa. Estoy trabajando en la creación de un centro de recolección de plásticos en mi comunidad. Aunque mi objetivo final es establecer una planta de reciclaje, por ahora me concentro en recolectar y clasificar los plásticos para venderlos a plantas de reciclaje más grandes. Este proyecto no solo reducirá la contaminación, sino que también involucrará a la comunidad en la solución del problema.
P: ¿Cuál es el mayor obstáculo que enfrenta actualmente en este proyecto?
R: La financiación es el principal desafío. Estoy recaudando fondos a través de GoFundMe, pero ha sido más difícil de lo que esperaba. Apenas he recaudado 200 euros en una semana, lo cual es insuficiente para cubrir los costos iniciales. He tenido que vender mi coche para financiar el proyecto, y aún necesito unos 7.000 euros para poner en marcha el centro de recolección.
P: ¿Qué futuro ve para el activismo ambiental en África?
R: Veo un futuro vibrante y esperanzador. Los jóvenes africanos están cada vez más comprometidos con el activismo climático y ambiental. Personas como Vanessa Nakate, en Uganda, están liderando el camino a nivel mundial. Creo que los jóvenes tienen un gran poder para impulsar el cambio, y mi papel es apoyarlos, guiarlos y recordarles que tienen el poder de transformar su entorno.
P: ¿Alguna reflexión final sobre el periodismo y la libertad de prensa en Kenia?
R: La libertad de prensa en Kenia está en peligro. Durante las recientes protestas de este verano, el gobierno intentó restringir la cobertura mediática, utilizando la fuerza contra periodistas y manifestantes. Es preocupante ver cómo, en pleno siglo XXI, la libertad de informar está siendo atacada. Sin embargo, es esencial que sigamos informando con veracidad y luchando por nuestros derechos como periodistas y ciudadanos.