Las chicas de la estación: un primer plano de una perversa realidad
Juana Macías presenta su último largometraje un drama social basado en hechos reales
El salón de actos Carlos Saura de la Facultad de Ciencias de la Información acogió el preestreno de Las chicas de la estación, un largometraje que visibiliza el abuso infantil, basado en hechos reales. La directora del filme, Juana Macías, participó en el coloquio posterior a la proyección, donde abordó las inquietudes del público y explicó el proceso de realización de la película.
La Nochebuena de 2019 sucedió un hecho estremecedor, una joven de 13 años tutelada por el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) fue violada por un grupo de varones en el barrio de Corea en Mallorca. El caso, conocido como La Manada de Palma, fue seguido de cerca por el Diario de Mallorca, destapando una red de explotación sexual de menores que involucraba a 16 víctimas.
La historia se adentra en las experiencias de estas víctimas, tres adolescentes que viven internadas en un centro de menores tutelados de Mallorca. Jara, Álex y Miranda, interpretadas por las actrices debutantes Julieta Tobío, Salua Hadra y María Steelman, respectivamente, enfrentan una situación personal desfavorecida que les impulsa a ver la vida con ojos pesimistas. El nihilismo y la desolación generado por el entorno hostil con el que conviven, las conducirá a la prostitución como un medio para conseguir dinero, siendo además chicas que no han conocido el amor sin ser condicionado. “Las actrices son chicas de institutos y centros de menores. Este perfil ha aportado la naturalidad que requería la historia”, comentó Juana Macías.
Las chicas de la estación, producida por Feelgood Media y distribuida por A Contracorriente Films, presenta secuencias que incomodan al espectador, mirando de frente a la oscura y perversa realidad de la pederastia y al dolor de sus víctimas. A lo largo de la película también se evidencian múltiples ejemplos de violencia machista que las protagonistas enfrentan de manera constante. “Todo cambió cuando me salieron las tetas” o “ya me han hecho cosas peores sin pagar”, son algunas de las frases lapidarias que pueden observarse en la narrativa realizada por la guionista Isa Sánchez, quien también ha trabajado en proyectos de género como Ni una más.
El rodaje se realizó en el barrio mallorquín de Corea, mostrando la crudeza de esta zona marcada por la desigualdad. Un escenario donde el tráfico de drogas, la violencia y las familias desestructuradas sellan un desventajado destino para quienes lo habitan. La banda sonora ha sido cuidadosamente seleccionada para estar en sintonía con las emociones de las protagonistas. Una selección a cargo de la periodista y supervisora musical Aida Camprubí, quien ha enriquecido con ritmos urbanos la atmósfera del filme.
La película se estrenará en cines el próximo 22 de noviembre, una fecha simbólica situado entre dos días clave: el 19 de noviembre, Día Internacional Contra el Abuso Infantil, y el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer.
