Los jóvenes protagonizan la manifestación por la vivienda en Madrid
El Sindicato de Inquilinas de Madrid cifra la asistencia en 600.000 personas
Las calles de Madrid se llenaron este 13 de octubre para exigir el derecho a la vivienda y protestar con el objetivo de presionar a los gobiernos a bajar el precio del alquiler un 50%. El Sindicato de Inquilinas, organizador de la manifestación, afirma que asistieron 600.000 personas, mientras que la Delegación del Gobierno estima alrededor de 22.000.
El bloque crítico se agrupó en la plaza de Murillo, a poca distancia del Sindicato. El color rojo predominaba en esta cabecera por las banderas de los colectivos de vivienda autonomistas, vinculados a la extrema izquierda y a las militancias juveniles.
La protesta estuvo protagonizada por los jóvenes, el colectivo más afectado por la subida de los precios de la vivienda. Desde las once y media de la mañana, la cuesta de Moyano se tiñó de naranja, el color que representa el colectivo del Sindicato de Inquilinas. Aunque comenzó a las doce, las furgonetas policiales estaban presentes desde mucho antes, situadas cerca de los autodenominados colectivos críticos. Estos grupos gritaban lemas como: “Gobierne quien gobierne, la vivienda se defiende”, “Ni casa sin gente, ni gente sin casa”, ”con el capital, o con la clase obrera”, o “los barrios no se venden, se defienden”, que acompañaban agitando sus llaves como símbolo de protesta.


Pero la juventud no fue la única en movilizarse. Una mujer en silla de ruedas agitaba un cartel con el símbolo okupa en el que se leía “cuando vivir es un lujo, okupar es un derecho”. Tras ella, se abría paso la batucada Stop Desahucios, que se colocó en la cabeza de la manifestación, sólo por detrás de la organización oficial del Sindicato, en su camino hacia Cibeles.
Una vez allí, la manifestación se dividió en dos. Los primeros continuaron su recorrido hasta la plaza del Callao mientras que las organizaciones sindicales, además de la coordinación de las Juventudes Socialistas, decidieron permanecer en Cibeles para denunciar a los partidos políticos presentes, que se encontraban al final de la marcha.

Según el equipo de dinamización del Inquilinato de Vivienda, la intención era “llenar la plaza de Cibeles”, pero la interrupción en el Ayuntamiento de Madrid para colgar una pancarta en la terraza hizo que la policía movilizara a los manifestantes en dirección Gran Vía.
En la calle se escuchaba “¡Vergüenza!”, mientras desfilaba la militancia de Podemos, donde se esperaba la aparición de Irene Montero y Ione Belarra, que se habían dejado ver al inicio de la manifestación. Sólo pasaron los militantes: unos empujan y regañan por desesperación, otros desfilan discretamente con las cabezas bajas.
A continuación, una galería con las imágenes que han tomado los redactores de Infoactualidad:










