Roma se prepara para el Jubileo 2025
Los ciudadanos se enfrentan a molestas obras, especulación inmobiliaria y subida de precios
Rachele Aballe tardaba veinte minutos en llegar de su piso a la facultad. Lleva cuatro años viviendo y estudiando en Roma, pero desde septiembre de 2023 tarda una hora más en desplazarse hasta su centro de estudios, en la Universidad de Roma La Sapienza. Aballe no se ha mudado de barrio, ni tampoco ha decidido ir caminando. Lo que ha alterado la rutina de esta joven originaria de Monte San Giovanni Campano, una localidad de trece mil habitantes al sureste de la región del Lacio, ha sido el comienzo de los preparativos del Jubileo 2025.
Como ella, miles de habitantes de la ciudad tienen dificultades para usar el transporte público y privado. Mattia Santarelli, de 23 años y nacido en Fermo, en la región de Las Marcas, también es estudiante. Lleva cinco años cursando Derecho, también en la Sapienza y además es activista. “El otro día tardé más de una hora desde la salida de la circunvalación Salaria hasta llegar a plaza Bolonia, lo que normalmente me lleva quince o veinte minutos. Ahora es más difícil moverse por Roma, hay mucho más tráfico”, asegura.
La ciudad de Roma está volcada en la preparación del Jubileo. Sus calles, plazas y monumentos están atestadas de carteles y obras con motivo del año santo. Arterías de la capital italiana se han convertido en vías de sentido único. Rutas de autobuses y tranvías han sufrido importantes modificaciones, por ejemplo, la mayor estación de buses de la ciudad, Termini, se encuentra, prácticamente, inhabilitada. Tiburtina, otra de las estaciones principales está en obras. Por si esto fuera poco, se están peatonalizando varias calles, como la Vía de los Foros Imperiales, y se está ampliando la red de metro.
Según Andrea Silvestrini, secretario general de la Asociación Nacional para la Promoción y Defensa de los Derechos de las Personas con Discapacidad (ANIEP), se espera que más de cincuenta millones de fieles visiten la ciudad en el Jubileo 2025. Por eso, además de problemas de movilidad, los habitantes de la ciudad eterna se enfrentan a una sobrecarga de los servicios públicos, especulación inmobiliaria y subida de precios, entre otros problemas causados por el año jubilar.
“Cuando lleguen la mayoría de los turistas y peregrinos, tendremos que buscar métodos alternativos para desplazarnos, porque ya ahora la capacidad no sostiene la demanda”, lamenta Luciano Valletta, napolitano de 24 años, estudiante de Ingeniería Informática en La Sapienza. Valletta forma parte de Link Coordinamento Universitario, una organización estudiantil dedicada al sindicalismo que opera a nivel nacional y que se centra en promover los derechos de los estudiantes universitarios. “Probablemente tendremos los primeros signos de malestar verdaderamente graves a finales de diciembre. Roma estará intratable y no creo que la estructura aguante”, señala.
La intervención política
Al igual que Aballe y Valletta, Santarelli es muy activo en política, tanto dentro como fuera de la universidad. Es vicepresidente de la asociación Sinistra Universitaria de la Universidad de La Sapienza y miembro del Partido Democrático, al que pertenece también el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri. Según Santarelli, el Ayuntamiento de Roma ha realizado grandes inversiones en transporte, en infraestructuras y en la reurbanización de Roma. Espera que puedan verse pronto las mejoras porque, según él, “la ciudad lo necesita más allá del Jubileo”.
Otra fecha clave para la ciudad es 2026, cuando concluye el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR), impulsado por la Unión Europea, y que ha provocado “la entrada de una cantidad enorme e impensable de recursos públicos que, si se explotan adecuadamente, supondrán un punto de inflexión positivo hacia la `ciudad del futuro´”, explica Anna Romana, abogada y socia de la firma Satta Romano & Associati Studio Legale, especializada en derecho público y que llevan varios meses tratando temas jurídicos relacionados con las obras en la capital italiana. “En el marco de los dos planes (Jubileo 2025 y PNRR), se han presupuestado más de 320 intervenciones por un costó de dos mil millones”, explica Romana. Estas obras suponen un reto mucho mayor a otros años jubilares debido a la coincidencia de ambas fechas que “están ligadas a plazos muy ajustados y ha provocado una superposición de trámites y obras que actualmente paralizan la ciudad y que queda claro que los ciudadanos son los primeros afectados”, aclara la abogada.
A pocos días de que el Papa abra la Puerta Sacra y dé inicio al Jubileo, las obras todavía no han terminado y estos retrasos han suscitado numerosas críticas hacia las administraciones. Como muchos otros ciudadanos, Aballe considera que “los trabajos se deberían haberse llevado a cabo mucho antes, hace diez años, o aún mejor, desde siempre”. Así evitarían ir con las prisas de última hora y que “los ciudadanos sean quienes tengan que pagar las consecuencias”, apunta.
Los más perjudicados
Ante esta situación, Aballe se siente una privilegiada, pues tiene 22 años y es nativa digital. Sabe cómo buscar en internet, acceder a aplicaciones y cambiar de autobús en caso de necesitarlo. Pero recuerda que hay otros grupos de población que disponen de menos facilidades para afrontar estos inconvenientes. “En las paradas de bus me encuentro con mucha gente cabreada de verdad. Las ancianas están indignadas. Para ellas siempre ha sido esa su parada y ahora no tienen los medios para saber cómo llegar a su destino. A esas personas ya se les ha fastidiado el día”, relata.
Andrea Silvestrini, de 51 años y natural de Roma, es secretario general de ANIEP. Sus padres sufren una discapacidad motora que lo han llevado a querer dedicarse a mejorar la vida de las personas con diversidad funcional.
Fundada en 1960, la ANIEP es la asociación más antigua de Italia en materia de discapacidad. En ella, Silvestrini realiza una labor de seguimiento de las políticas activas en el ámbito de la inclusión y la accesibilidad. El secretario general niega que de normal Roma tenga un problema especial con la movilidad, o por lo menos no más que otras ciudades europeas como Londres, París o Madrid. “Un ascensor del metro puede averiarse en cualquier lugar”, afirma. Cree, por tanto, que la complicación se limita a este evento extraordinario, pero asegura que merecerá la pena. “Una vez terminadas las obras será una ciudad mucho más funcional”, asegura.
Ante las críticas a la gestión de los preparativos, Silvestrini defiende y felicita al alcalde por el que califica como “un gran trabajo”, que, según él, tiene en cuenta las necesidades de las personas con discapacidad. Considera que los tiempos empleados son compatibles con el tiempo real que se necesita para realizar una obra de este tipo y confía en que terminarán a tiempo.
Las obras y la corrupción
La abogada Anna Romano señala la falta de control real y de calidad de la ejecución de las obras por parte del Estado. Según ella, las disposiciones actuales deberían enmarcarse dentro de los procedimientos permitidos por la legislación europea en materia de contratación pública. Sin embargo, han favorecido la rapidez de los procedimientos de adjudicación y finalización de las obras y esto ha comportado riesgos de corrupción. “Las organizaciones criminales tienen una enorme capacidad de penetración”, alerta.
Para tratar de prevenirlo, el plan ha previsto algunas medidas adicionales como la estipulación del Protocolo de Legalidad para la realización de las intervenciones de la ciudad de Roma para el Jubileo 2025, que deben firmar las empresas involucradas en la cadena de suministro desde el 20 de junio de 2023, cuando entró en vigor. Sin embargo, su aplicación práctica ha puesto de relieve numerosos retrasos que han conducido a una falta de transparencia, por lo que en vez de prevenir han aumentado los riesgos de infiltraciones mafiosas, señala la abogada.
No solo los locales padecen estas alteraciones. Para los turistas, Roma se encuentra totalmente transformada. La Fontana di Trevi presenta una imagen nunca antes vista: una pasarela que atraviesa a pocos metros de las esculturas permite admirar el monumento mientras se realizan labores de reparación. La Via della Conciliazione padece obras de mantenimiento. Las esculturas de Dioscúros y Castor y Pólux, que coronan las escaleras que dan acceso a la plaza del Campidoglio están totalmente valladas de manera que no se pueden ver. Lo mismo le pasa al Obelisco del Panteón, cuyas obras impiden el uso de la plaza de la Rotonda. Roma está rejuveneciendo sus monumentos con motivo del Jubileo.
Para Anna Romano “es innegable que los derechos de los vecinos son, a estas alturas, los mayores sacrificios”. Sin embargo, la ocasión representa un desafío ineludible y “algunas de las intervenciones, por ejemplo, las relativas a la movilidad, cuando se encuentren plenamente implementadas, tendrán un impacto muy positivo en la habitabilidad de Roma”, explica. Administrativamente, el elemento temporal en el procedimiento de contratación pública para las obras, que “tradicionalmente ha sido oneroso, pero fuente de transparencia y garantía, ha dado paso a procedimientos más rápidos que han suscitado quejas”, asegura. Para la abogada, las disposiciones dictadas con vistas a la celeridad, dado el elevado número de procedimientos en vigor y las dificultades de un control sobre los mismos, han hecho extremadamente difícil un control real del estado y de la calidad de la ejecución.
“Tenemos la sensación de estar buscando casa en la Ciudad del Vaticano”
El acceso a la vivienda es otra de las cuestiones que preocupan a los ciudadanos, ya que el fenómeno del Jubileo está agravando la crisis habitacional que ya sufría Roma. Con la proximidad del evento y la llegada de los peregrinos, muchos propietarios han optado por convertir sus viviendas en alquileres turísticos para obtener un mayor rendimiento económico. Junto a los alquileres de corta duración, en particular los Airbnb, no dejan de aumentar, también en zonas no turísticas como Apia, Furio Camillo o Tuscolana. Esto hace que cada vez sea más complicado encontrar piso para quienes optan por vivir en la capital, sean estudiantes, trabajadores o familias.
Abelle asegura que “muchas personas que tenían contratos largos han sido echados y les han dicho: ‘Mañana este lugar será un Airbnb, así que tendrás que irte de casa’». “Nos da la sensación de que estamos buscando casa dentro de la Ciudad del Vaticano”, lamenta Valleta.
A la dificultad de encontrar piso se le añade el incremento de los precios. Según el Índice internacional de alquileres de HousingAnywhere del tercer trimestre de 2024, los precios en Roma han subido un 28,2%, superando a Ámsterdam.
Valleta culpa al gobierno de Meloni, Fratelli d’ Italia (Fdl), de no garantizar el derecho al estudio. “Hay estructuras que se pueden reconvertir en alojamiento para estudiantes, pero falta la voluntad de hacerlo”, recalca. Además, enfatiza la necesidad en inversiones estructurales, no solo en transporte sino también en vivienda. “No es normal que Roma acoja entre 70.000 y 80.000 estudiantes externos y solo disponga de 1.800 plazas de alojamiento universitario en las residencias públicas”.
También alerta de que algunas residencias universitarias se están habilitando para hoteles: “Roma se ha convertido en una ciudad que no quiere recibir habitantes porque no piensa en ellos, simplemente quiere ganar dinero de quienes vienen a visitarla”.
Para Santarelli, difícilmente los precios de los alquileres volverán a bajar una vez terminado el Jubileo. Tampoco cree que vayan a cerrar todos los Airbnb que se están abriendo, porque Roma seguirá viviendo de los turistas una vez acabado el evento. Ve en Barcelona un ejemplo a seguir. Cree que Roma debería adoptar su misma estrategia y eliminar gradualmente los pisos turísticos de corta estancia, regulándolos de forma estricta. “Si Roma tiene la esperanza de ser una ciudad habitable, esa esperanza no mejora con el Jubileo y los políticos deben entender que es una fuente de oportunidades para todo el país. Si Roma es inhabitable, toda Italia pierde”, sentencia.
Barrios como San Paolo o EUR están siendo habilitados para la construcción de alojamientos turísticos y Luciano alerta de una segunda ola de degradación: “Si se construyen hoteles para albergar a millones de personas, cuando acabe el Jubileo y disminuya la demanda, muchos hoteles cerrarán y se convertirán en edificios que ya no se utilizarán”. Prevé que el municipio intentará comprarlos, pero según él, no podrá permitirse adquirirlos todos a los precios que establecen los vendedores, que “serán demasiado altos”.
Iglesia omnipresente
Monseñor José Jaime Brosel Gavilà tiene 57 años y es valenciano. Lleva dieciséis años viviendo en Roma, cuando fue enviado por su arzobispo para trabajar en el Vaticano, en el Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes. Desde hace cinco es el Rector de la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat de Roma, designada por la Santa Sede como Iglesia Jubilar, lo que la convertirá en un punto de encuentro para los peregrinos de este Jubileo 2025. En ella se podrán recibir las indulgencias, así como en las cuatro basílicas papales.
Considerando el momento histórico de este año jubilar, el sacerdote ve en el Jubileo “una ocasión para parar y poner en orden nuestras vidas y una ocasión para la reconciliación, para el encuentro, tanto a nivel mundial como a nivel personal”. Sobre la gestión de los preparativos, empatiza con las autoridades públicas responsables: “Las obras son siempre motivo de dificultades y molestias. Difícilmente podremos hacer obras que no tengan consecuencias negativas. A todos nos gustaría que fueran más rápido y en el menor tiempo posible. Pero realizarlas con procedimientos concretos y respetando el patrimonio de una ciudad en la que debajo de cada piedra hay una ruina, comporta que el proceso sea mucho más lento que en otras ciudades”, razona.
Sin embargo, es consciente de los inconvenientes que genera este evento. “Hay ámbitos en los que los precios casi se han triplicado, y esto ha dificultado la acogida de los peregrinos. Muchos de ellos se van a alojar fuera de la ciudad, a 50 o 60 kilómetros, y deberán llegar cada día para los eventos jubilares con sus transportes propios”.
Frente a esta sensación de malestar generalizada que ha provocado la organización del Jubileo, Daniel Goberna, párroco en la zona de Oia (Galicia), y actual delegado diocesano de las actividades jubilares para la Diócesis de Tui-Vigo, pide paciencia “para que sus hermanos puedan vivir lo que ellos tienen tan cerca”. También recuerda que “Roma, en parte, es lo que es gracias a todos estos jubileos que han ido haciendo de la ciudad un centro de peregrinación y de turismo, poquito a poco, desde el año 1400”.
El párroco, que estudió música sacra en Roma durante cinco años y estuvo alojado en la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat, considera que el Jubileo es una oportunidad para que Roma reciba un ingreso extraordinario y se pueda beneficiar económicamente.
Aballe está convencida de que el poder de la Iglesia es capaz de paralizar la ciudad por el Jubileo: “Aunque en Italia la mayoría de la gente es católica, para mí la Iglesia tuvo una influencia nociva. Hablando desde mi experiencia, me ha costado mucho desprenderme de esa visión del mundo, basada en la culpa, la vergüenza, para poder vivir como quiero”.
¿Y el resto?
Todos están de acuerdo en que los ciudadanos son los grandes afectados del Jubileo y Valletta lo tiene claro. No cree que los beneficios serán significativos, ni que se emplearán para levantar la comunidad romana. Advierte que la situación provocará un posible incremento de la disparidad social entre ricos y pobres.
“¿Qué pasa con el resto?”, se pregunta Rosalba Geminale, de 48 años. Nacida en Puglia, lleva 25 años en Roma y su amor incondicional por la ciudad hace que se sienta una romana más. Rosalba tiene una fotografía muy clara de cómo se mueve Roma. Hasta hace un año trabajaba como taxista en las calles de la capital, pero ha decidido tomarse “un año sabático” y actualmente estudia el primer año de Derecho en la Universidad Sapienza.
No se plantea trabajar como taxista durante el Jubileo porque sabe que se enfrentaría a problemas continuos, con el desgaste psicológico que conlleva. A pesar de esto, en general, sus compañeros están felices por la celebración y la llegada de los peregrinos, explica.
Cree que los visitantes no son conscientes de lo que les espera. “Los turistas de lujo tendrán una zona de confort dedicada íntegramente a ellos, pero los demás experimentarán lo que viven el resto de los ciudadanos”. Rosalba asegura que “quienes están a cargo de estos proyectos no saben lo que hacen”. Según ella, no tienen en cuenta las necesidades de los ciudadanos ni quieren solucionar los problemas desde la raíz, solo piensan en dar una buena impresión externa para poder acoger futuros proyectos. “Hacen que la gente odie estos acontecimientos, que los ciudadanos odien a los turistas”. Asegura que la ciudad no está preparada estructuralmente para ciertos cambios. “Quieren lograr algo que no forma parte de esta estructura. Las obras están privando a la ciudad de su identidad, de su esencia”, sentencia.
Ya ha comenzado la cuenta atrás para el acontecimiento del año más esperado por los fieles y a pesar del caos que ha traído este evento, la ciudad eterna, como tantas veces en su historia, se adapta y se reinventa, esta vez para responder a la llamada del Jubileo 2025.