Jennifer García Carrizo, exalumna de la facultad seleccionada para realizar una simulación espacial en Estados Unidos: “La sostenibilidad ha sido el centro de mi carrera académica”
Jennifer García Carrizo, Premio Extraordinario de Doctorado y exalumna de la Facultad de Ciencias de la Información, ha sido seleccionada por Hypatia Mars, junto a otras ocho científicas, para desarrollar una investigación de simulación espacial en la estación Mars Research Desert Station, en Utah, en los Estados Unidos.
Jennifer estudió el Grado en Publicidad y Relaciones Públicas (2010-2014), el Máster en Comunicación Audiovisual y el Doctorado en Comunicación Audiovisual, Publicidad y Relaciones Públicas en la facultad. Además, formó parte del periódico Infoactualidad el año en el que nació, una experiencia que recuerda “con mucha ilusión”. Once años después, al entrar de nuevo en la redacción, se asombra al ver cómo ha cambiado todo: “Este lugar es nuevo”, afirma entre risas.
¿En qué consiste su participación en la misión de la Mars Research Desert Station?
Para formar parte de Hypatia II había que pasar un proceso de selección y diseñar una propuesta de proyecto. Yo creé un producto interactivo e inmersivo para ver cómo gestionamos los residuos y los recursos que vamos generando de manera circular durante la simulación de la vida en Marte que se va a llevar a cabo en Utah. Se trata de mostrar a los ciudadanos que los productos pueden tener una segunda vida y ésta puede ser cíclica. Cada persona seleccionada tiene un proyecto distinto.
¿Cómo va a preparar la misión?
Tenemos que definir los proyectos, ya que solo hemos presentado las propuestas. Nosotras vamos a hacer una simulación, como si estuviéramos en Marte. Iremos a un espacio muy reducido con unas condiciones de aislamiento. Si necesitáramos salir de la simulación, nos tendríamos que vestir con el traje espacial para que todo sea lo más real posible. Aparte de la preparación física necesaria, por ejemplo, para poder llevar una mochila de siete kilos, es necesaria una gran preparación mental porque vamos a pasar quince días encerradas sin Internet o con comunicación asíncrona, entre otras cosas. Por eso creo que la parte mental es la más dura y complicada de preparar. Los proyectos estarán definidos a principios de septiembre de este año, que será cuando empezará la preparación en sí.
¿Por qué comenzó a sentir interés por el mundo de la comunicación y de la publicidad?
Mi inicio fue un poco curioso. Yo hice el bachillerato de ciencias y tecnología. No sabía lo que quería estudiar porque me gustaba todo, aunque las asignaturas de ciencias sociales eran en las que peores notas tenía. A la hora de escoger la carrera, me quedé con Publicidad y Relaciones Públicas porque, en mi opinión, abarcaba todo: arte, historia, comunicación… Además, siempre me había encantado hacer anuncios. Recuerdo cómo con 4 o 5 años comía yogures frente al espejo fingiendo que promocionaba la marca Danone.
¿Cómo recuerda su paso por la facultad?
Desde primero hasta tercero de carrera colaboré con InfoRadio y con Infoactualidad. De esta forma, intenté aproximarme al mundo real y tener conocimientos más prácticos. En tercero, cuando realicé prácticas externas en Ketchum Pleon, una empresa de publicidad y relaciones públicas, fue el momento en el que me di cuenta de que me gustaba el mundo profesional, pero notaba que no se ponía en práctica toda la investigación previa que tanto se aborda en la carrera. En el mundo académico encontré la oportunidad de llevar a cabo las investigaciones en las que a mí me interesaba participar. En cuarto de carrera, decidí paralizar el mundo empresarial para poder optar a las becas de colaboración en departamentos. A la par de esa experiencia, desarrollé el Trabajo de Fin de Grado, cuyos temas principales fueron la sostenibilidad y la publicidad.
Estuve diez años en la facultad y la verdad es que me pasó de todo. Entré con 18 años y terminé con casi 30. He tenido momentos complicados, como la presentación de la tesis doctoral el año de la pandemia, pero también momentos maravillosos. Recuerdo especialmente la asignatura de Historia Contemporánea, impartida por Carlos Rueda Laffond, un profesor maravilloso, o las asignaturas de comunicación interpersonal.
¿Qué le recomendaría a una persona que tenga la intención de realizar una tesis doctoral?
Para hacer una tesis doctoral hay que tenerlo realmente claro. Debes saber si te gusta la investigación, si quieres formar parte de ella y si tienes ganas de mejorar el mundo académico. Siempre hay momentos en los que quieres tirar la toalla. También es verdad que hay gente que inicia sus proyectos sin estar segura y les acaban gustando. Es un camino complicado ya que, después de hacer la tesis, tienes que conseguir una plaza y un trabajo estable, algo que en las universidades españolas es complejo. Aun así, es muy bonito. El trabajo de investigador te da disgustos pero, sobre todo, te da alegrías. Cuando finalmente publicas el artículo en el que llevas trabajando tanto tiempo, es gratificante.
Usted recibió el Premio Extraordinario de Doctorado por su tesis. ¿Sobre qué trataba?
En todos los trabajos académicos que realicé, la ciudad siempre fue la gran protagonista, así como la sostenibilidad, que ha sido el hilo de mi carrera académica. El tema principal de mi TFG fue la publicidad exterior sostenible en las ciudades y mi TFM se centró en comunicación audiovisual a través de pantallas digitales en las ciudades. En las tesis doctorales comienzas en un punto y acabas en otro muy distinto. Aun así, desde el primer momento, tenía claro que mezclaría arte, arquitectura y ciudad. Una rama que me gustaba mucho era la gestión de marca, así que estos dos factores fueron los que me motivaron a seleccionar el tema principal de la tesis que se llamó Ciudad y Comunicación: Gestión de la Imagen de Marca en Distritos Culturales y Creativos.
Generalmente, cuando hablamos de comunicar ciudades o espacios, pensamos en el turismo, en los públicos externos y en cómo podemos atraerlos. Sin embargo, en mi tesis, descubrí que es muy importante comunicar a los propios habitantes de una ciudad. Mi trabajo gira en torno a cómo podemos elaborar un plan de comunicación sostenible a largo plazo para hacer partícipes a los ciudadanos de los espacios que habitan. Básicamente, consiste en que sean conscientes de los espacios que existen y del uso que pueden hacer de ellos. Respecto al premio extraordinario de doctorado, que otros vean tu esfuerzo y el trabajo que has hecho es maravilloso. Es un momento de satisfacción.
También ha recibido el Premio Nacional de Fin de Carrera de Educación Universitaria y el Premio a la Excelencia de la CAM. ¿Qué suponen para usted estos reconocimientos?
Recibir el Premio Nacional de Fin de Carrera por Publicidad y Relaciones Públicas me hizo mucha ilusión porque es un reconocimiento a toda la carrera universitaria. Además, fue muy especial porque me lo entregó Pedro Duque, a quien yo admiraba porque sabía que había estado en el espacio. Los reconocimientos sirven para motivarte, no tienen por qué ser el objetivo de nadie, pero son necesarios.
Usted formó parte del Europaeum Scholars Programme, un programa de excelencia académica e investigadora liderado por la Universidad de Oxford. ¿Considera que hay muchas diferencias entre las universidades anglosajonas y las españolas?
No he tenido una afiliación directa con las universidades internacionales a las que he ido ya que solo he realizado estancias de investigación. Además, me relacionaba con personas que trabajaban en áreas distintas a la mía, por lo que no podría afirmar que existen diferencias en el ámbito académico. Donde somos muy distintos es en la parte administrativa. En España se necesita un certificado para todo y tienes que firmar un montón de papeles para cualquier convenio, mientras en Reino Unido es muy extraño que te manden firmar más de un papel. Tampoco existía el certificado digital cuando realicé mis estancias en el Reino Unido, ya que todo se firmaba a mano.
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