María Simavilla, autora del cartel de la Feria del Libro de Madrid 2023: “He querido destacar la diversidad, la convivencia y el amor por los libros, en un homenaje a todos los que formamos parte de la gran familia lectora”
María Simavilla (Salamanca 1983) es la ilustradora que le ha dado la imagen a la 82ª Feria del Libro de Madrid. En estos momentos, cuando se encuentra disfrutando de una residencia artística en la Maison des Auteurs de Angoulême (Francia) para desarrollar un proyecto de novela gráfica, asegura estar abriéndose a “otro tipo de público y de proyectos”. Ilustró su primer cuento, Pepito y el astronauta, con tan solo cuatro años.
¿Qué ha significado para usted, como ilustradora, hacer el cartel de la Feria del Libro 2023 de Madrid?
Ha sido una experiencia muy emocionante desde el mismo día en que me lo propusieron hasta hoy, que ya sé cómo ha sido la acogida y que he recibido cientos de mensajes bonitos en relación al cartel. La Feria del Libro de Madrid es una cita imprescindible y uno de los encuentros más esperados del año para todos los lectores y para los que, de una forma u otra, formamos parte del sector editorial.
¿Cómo le llega la propuesta?
A través de Eva Orúe, directora de la feria, y de Pencil Ilustradores, la agencia que me representa. Tenía la oportunidad de presentar una propuesta para una posible colaboración y, por supuesto, dije que sí. Finalmente, entre los diferentes trabajos que recibieron, eligieron el mío.
¿Qué es lo que vemos en su cartel? ¿Qué le ha inspirado? Vemos personas dentro de sus casas, algo parecido a la cuarentena, ¿tiene alguna relación?
Me lo han preguntado en un par de ocasiones, pero la realidad es que no estaba pensando (al menos conscientemente) en la pandemia. Para nada. Lo que propone esta escena es más bien un recogimiento elegido, no forzado. Es verdad que este cartel tiene un punto «voyeur» y que el hecho de observar a estos lectores metidos en sus libros a través de sus balcones nos puede llevar a rememorar el encierro que vivimos en 2020, pero si deslizas la mirada verás que hay un comercio abierto y personas paseando por la calle. No hay rastro de covid por ningún lado. Vaya, que este grupo de personas ha decidido quedarse en casa y tomarse el día libre para hacer lo que más les gusta: leer.
Este edificio que aparece en el cartel acoge a una comunidad de vecinos como la ciudad de Madrid acoge a toda la comunidad lectora, año tras año, en el parque de El Retiro. Conceptualmente, se ha jugado siempre con la metáfora libro-ventana o libro puerta. Aquí la he retorcido de otra manera, pero es básicamente lo mismo. Cada ventana nos lleva a una lectura, a una persona y un género literario diversos. Mi intención con este cartel ha sido destacar la diversidad, la convivencia y el amor por los libros, en un homenaje a todos los que formamos parte de la gran familia lectora.
¿Cómo es ser una mujer ilustradora en España?
Ser ilustradora o ilustrador en España es una carrera de fondo no apta para todo el mundo, aunque tiene momentos muy bonitos, como éste que estoy viviendo ahora mismo, que hacen que merezca la pena. Es una profesión bastante inestable, sobre todo al principio. Por eso muchas personas ni siquiera lo intentan o lo dejan a mitad de camino, a pesar de tener talento o amar la profesión. La precariedad laboral nos alcanza como a tantas otras profesiones y cada día es más preocupante. En cuestiones de género, creo que es bastante igualitaria. Al menos yo nunca me he sentido discriminada por ser mujer. Creo que se valora nuestro trabajo por encima de todo.
Me encuentro en un momento muy bonito a nivel profesional. Después de trece años trabajando en el sector de la ilustración infantil y juvenil, estoy empezando a abrirme a otro tipo de proyectos y de públicos
¿En qué momento profesional se encuentra? ¿En qué está trabajando actualmente?
Me encuentro en un momento muy bonito a nivel profesional. Después de trece años trabajando en el sector de la ilustración infantil y juvenil, estoy empezando a abrirme a otro tipo de proyectos y de públicos, y lo estoy disfrutando muchísimo. Soy una persona que necesita ir retándose continuamente para disfrutar de su trabajo, así que eso es lo que estoy haciendo. Ahora mismo estoy en la mitad de mi residencia artística en La Maison des Auteurs de Angoulême (Francia), donde desarrollo un proyecto de novela gráfica, con guion de Nacho López Murria. Es un proyecto que me motiva muchísimo y al que le he dedicado este paréntesis temporal para estar completamente centrada en él. Ojalá pronto pueda desvelar alguna cosa más.
¿Le gusta más el mundo de la cartelería o el de la ilustración editorial?
Apenas he empezado a hacer mi incursión en el mundo de la cartelería, así que la comparación se me va a quedar un poco coja. Los veo dos mundos muy diferentes y muy disfrutables cada uno a su manera, la verdad. En cuanto a visibilidad, es muy emocionante ver un cartel que has ilustrado empapelando las calles de tu ciudad. Es una sensación increíble y el feedback que te llega de la gente es más inmediato y más potente, pero sigue siendo precioso recibir una caja de libros ilustrados por ti recién salidos de imprenta. Así que, ¿por qué elegir?
¿Es lectora? ¿Qué le gusta leer?
Claro, no soy una devora libros, pero siempre estoy con alguno entre manos. Como lectora soy bastante ecléctica, tengo que admitirlo. Pero me doy cuenta de que me pasa exactamente igual con el cine o con la música: me gusta ir saltando de género en género con toda la aleatoriedad del mundo. Hoy puedo estar leyendo a Patrick Rothfuss, mañana a Sara Mesa, pasado a Miguel Delibes y hoy a Rebecca Solnit. Un caos, pero yo lo disfruto.
¿Qué es lo último que ha leído?
El cómic de Marc Torices La alegre vida del triste perro Cornelius. Y antes de él le tocó el turno a Andrea Abreu y su Panza de burro.