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Miriam Al Adib Mendiri (ginecóloga): «Los adultos estamos llenos de mitos y tabúes que nos atraviesan y pasamos  la siguiente generación»

Miriam Al Adib Mendiri acaba de publicar su tercer libro Hablemos de adolescencia… Y de sexo, y de amor, y de respeto, y de mucho más. Al Adib Mendiri es ginecóloga e imparte clases sobre sexología, además es conocida como la Ginecóloga rebelde. Lucha contra los tabúes y la desinformación en la sexualidad. En esta entrevista para Infoactualidad nos cuenta cuáles son las carencias que tiene la sociedad para enfrentarse a una vida sexual sana.

-P: ¿Qué relación encontramos entre la frontera generacional y la educación sexual?

En toda la historia de la humanidad siempre ha habido mucho miedo de las jóvenes generaciones, cuando ya llegan nuestros hijos a la adolescencia siempre decimos «pues vaya menuda generación la que viene».  De la niñez a la etapa adulta los adolescente son un reflejo de la sociedad que somos, lo único es que tienen menos filtros que los adulto. Esto se debe a que la corteza prefrontal del cerebro que es la que controla nuestros impulsos, está menos desarrollada.

Muchas mujeres tienen problemas sexuales de todo tipo, tanto a nivel físico como a nivel mental que vienen arrastrando desde que eran jóvenes, lo que pasa es no se ha sabido tratar en su momento y lo han arrastrado hasta el presente a la en problemas de tipo sexual por esa falta de educación sexual. Luego decimos que los adolescentes necesitan educación sexual y que están desinformados, pero luego yo en consulta veo carencias en adultos sobre lo que conocen de su propia sexualidad. 

-P: ¿Qué es la educación sexual y cómo podemos introducirla desde edades muy tempranas?

La educación sexual no es explicarle a un adolescente o preadolescentes los ‘riesgos del sexo’. La educación sexual empieza desde la cuna, pero esto es la pescadilla que se muerde la cola, las personas que supuestamente dan educación deben estar ya preparadas, es decir, ya vamos tarde como sociedad. Los adultos estamos llenos de mitos y tabúes que nos atraviesan y pasamos  la siguiente generación, esto indica que hay que hacer un trabajo de deconstrucción y empezar a emprender con una hoja en blanco. Por ejemplo, si yo estoy todo el rato con comentarios como ”vaya asco tener la regla”, “vaya asco ser mujer”… Si doy mensajes tan negativos por el hecho de tener órganos sexuales y reproductivos femeninos, ¿qué educación sexual estoy dando? La educación sexual no es solo protegernos de enfermedades de transmisión sexual y de embarazos no deseados. La educación sexual no debe limitar la sexualidad por la parte psicoafectiva de sexo, del amor, del placer, del respeto, de los vínculos… Hay que enseñar cómo relacionarse con las parejas sexuales, dónde están las líneas rojas y cómo trabajar en base al respeto propio y mutuo. Por ejemplo, lo que no podemos permitir como sociedad es que haya personas que no sepan que están siendo abusadas en el seno de una relación amorosa. 

Hay que enseñar cómo relacionarse con las parejas sexuales, dónde están las líneas rojas y cómo trabajar en base al respeto propio y mutuo.

 -P: ¿Conocemos nuestra anatomía sexual?

Yo tengo pacientes que tienen una desconexión grande con su anatomía. Me he encontrado con mujeres que no saben que durante el sexo genital lo que engatilla al orgasmo es el clítoris y que hay que involucrarlo de forma directa o indirecta. Es decir, o se estimula el clítoris interno o el externo. Si no existe esta involucración no habrá orgasmo. Hay que saber cuál es nuestra anatomía de placer. Pero también cada persona tiene que ir descubriendo lo que le gusta. 

-P: ¿Estamos en el buen camino para eliminar los tabúes?

Ahora los tabúes son diferentes a las épocas de nuestras abuelas. Antiguamente la sexualidad normativa se consideraba sinónimo de reproducción y ahora se considera sinónimo de placer. Y lo común entre una época y otra es que la mujer sigue siendo el objeto. Antes éramos objeto de reproducción y ahora lo somos del placer. La mujer está hipersexualizada porque estamos cosificadas. Todo esto pensando en una relación heterosexual. El problema que yo veo es que se ha confundido libertad sexual con hipersexualización. La hipersexualidad no te da ninguna libertad, todo lo contraria, crea frustración porque hace que la mujer quiera entrar en el modelo que le establece los cánones. 

Fotografía del interior del libro Hablemos de adolescencia… Y de sexo, y de amor, y de respeto, y de mucho más / Fuente: editorial Transversal

-P: ¿Las mujeres conocen su ciclo menstrual?

El problema es que la menstruación ha sido uno de los grandes tabúes de la educación sexual. Las personas que menstrúan deben saber que ni todo es normal ni todo es una patología. Es decir, hay que entender que no todo lo que nos pasa en esos días es un motivo para ir al médico pero tampoco podemos permitir que nos muramos de dolor y el médico te diga que “es normal”. Pero volvemos a lo de antes, para ello hay que conocer qué es el ciclo y en qué consiste menstruar. Además hay que destacar que también hay un problema en el sistema sanitario, muchas veces se deriva  a la mujer de un especialista a otro porque realmente no se sabe qué otras soluciones puede haber para dolores que viene del aparato reproductor y sexual femenino. Por ejemplo, es raro encontrar un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico o un especialista en sexología en los centros de salud, hospitales… Y por ese camino mal vamos. 

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