Tributo a Javier Marías en la librería Rafael Alberti
Amigos, colegas y lectores de Javier Marías se dieron cita el pasado sábado en la librería Rafael Alberti de Madrid para recordar al escritor unos días después de que hubiera cumplido 72 años y de celebrarse un año de su muerte.
Entre los asistentes se encontraban sus amigos Pilar Reyes, directora de la editorial Alfaguara y editora de su obra; Juan Cruz, periodista, y Manuel Rodríguez Rivero, editor y crítico literario, quienes charlaron sobre su obra, su forma de trabajar y su concepción de la literatura y de la vida. Reyes comentó que, mientras escribía, Marías “no hablaba jamás de lo que estaba escribiendo”, aunque a veces le facilitaba detalles generales de la trama. “Decía: aquí creo que voy a retomar un antiguo personaje, o creo que esto lo contará una mujer…”, aseguró.
«Al terminar un libro siempre tenía dudas, amenazaba con dejar de escribir»
Rodríguez Rivero destacó que el novelista solía redactar a máquina, tachaba en sus manuscritos y los volvía a pasar a limpio. “Escribía con brújula y no con mapa. Era un autodescubrimiento y un descubrimiento del narrador”, dijo. Y recordó que tenía la costumbre de “pechar” con lo escrito: “Si escribía que en una página ocurría algo, no podía cambiarlo. Decía que era como la vida, que si se te muere un padre tienes que pechar con ello”.
Marías no disfrutaba dando entrevistas o presentando sus novelas, según aseguró Reyes. Para él, hacerlo era como tener que “salir a defenderlas”, y aunque su amigo Arturo Pérez Reverte y ella misma trataban de convencerle de que eso también era un trabajo, “las últimas veces no quiso hacerlo”. Al terminar un libro siempre tenía dudas, amenazaba con dejar de escribir. Para Rodríguez Rivero era “una forma de coquetería”. Para Reyes, “por un lado coquetería y por otro duda”. “Ya quisieran muchos escritores escribir la mitad de bien que Javier Marías”, afirmó Rodríguez Rivero.
Según Juan Cruz, en la obra de Marías hay multitud de elementos tomados de la vida real, de experiencias reales: “Como si fuera el espejo de una vida al que él quería responder con metáforas”, dijo el escritor canario. Al hablar de sus artículos periodísticos, Cruz comentó: “Creo que Javier Marías tenía un pseudónimo que se llamaba Javier Marías”, mientras Reyes aseguró que, a pesar de que él mismo se preguntaba por qué no le interesaba el presente, siempre conseguía describir su tiempo.