Elecciones a rector/a 2023EntrevistasSer complutense

María Castro Morera: “Para que la Complutense sea moderna debe ser fácil transitar por ella en todos sus ámbitos”

María Castro Morera es una de las cuatro mujeres que se presentan como candidata rectora. La catedrática de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) recibe a Infoactualidad en su casa, la Facultad de Educación. Después de mostrarnos el edificio mientras saluda a los profesores y a los alumnos que se encuentra por el camino hasta llegar a su despacho, responde a nuestras preguntas sobre sus propuestas, su campaña y sus expectativas.

¿Cómo afronta esta candidatura a rectora de la UCM?

La campaña es intensa. Por ejemplo, esta semana he estado en ocho facultades. Pero a mí me está resultando muy divertido e interesante. Me gusta mucho hablar con la gente y creo que es un acto de generosidad que la gente se siente a hablar conmigo y a contarme las cosas que les preocupan de la universidad. Por eso lo estoy viviendo como un regalazo, estoy contenta, la verdad. Lo llevo con tranquilidad, con optimismo y, sobre todo, me está resultando muy divertido.

¿Por qué decidió presentarse a estas elecciones?

Yo llevaba ya varios años en gestión, llevo muchos años en la universidad. Tengo la sensación de que estamos todos descentrados de lo que tenemos que hacer, de las distintas tareas que hay que hacer dentro de la universidad. Es decir, los profesores se tienen que preparar las clases, van de un lado a otro y tienen otros muchos frentes abiertos en los centros. Y eso mismo le pasa al personal de administración y servicios, que están desbordados.  Otro factor son los estudiantes. Compartir  la experiencia universitaria -que yo creo que es muy importante-, compartir estudio, compartir sueños, compartir ideas… todo esto se ve muy trastocado por todo ese ritmo rápido. Hacen falta recursos. Por eso di el paso.

¿Cuáles son los puntos clave de su programa que le podrían llevar a ser elegida el próximo día 21?

Me diferencian varias cosas. Para empezar, nosotros somos una candidatura amplia, extensa, y yo creo que eso es importante. Nos diferencia también el carácter independiente que tenemos, es decir, somos una candidatura centrada en lo académico. No hay un partido político o dos detrás, sino que cada uno tenemos nuestra opción política. Somos, pues, plurales. Y creo que nuestra propuesta de programa, que es extenso y articulado, es realista, es decir, todo lo que aparece en él se puede hacer. Entonces, bueno, pues ya solo queda hacerlo. Creo que eso es lo que nos diferencia.

Por primera vez en 200 años de historia hay cuatro mujeres candidatas. ¿Qué le parece este impulso de las mujeres para liderar una de las universidades más importantes del mundo?

Creo que la Complutense debe tener liderazgo social, abanderar las causas, las ideas, y ser el reflejo de la sociedad, de lo que hay ahí fuera, y de lo que hay aquí dentro. Si vas en el metro, a un supermercado o a tomarte una cerveza, la distribución, por ejemplo, de hombres y mujeres es bastante paritaria en casi todo. De hecho, en la universidad hay más mujeres estudiando. Y en la distribución del profesorado ocurre lo mismo, no tanto en catedráticos y catedráticas, que hay más catedráticos que catedráticas, pero sí en el general, en el cómputo global del profesorado hay un 50% de mujeres y de hombres. ¿Por qué no se va a parecer la universidad a lo que pasa afuera? Hay que recuperar ese liderazgo social. ¿Por qué no ha habido antes candidatas? Ahí se mezclan dos cosas. Una es que a las mujeres, eso está muy documentado, especialmente en educación, nos interesa menos competir. Por otra parte, también creo que en los últimos 20 años, en nuestra universidad, ha habido una especie de espiral, de familias complutense que han ido organizándose para proponer candidatos a rector, y siempre proponían rectores varones. Yo me he salido de esa tradición, no he querido esperar a que un conjunto de personas me designara, sino que he preferido organizar una candidatura más horizontal y salir con ella.

De toda su trayectoria profesional, ¿qué destacaría?

Yo soy una profesora de Educación de Métodos de Investigación, doy clase de estadística aplicada a las ciencias sociales. Mi investigación está centrada en la evaluación de grandes sistemas educativos, estudios como PISA, pero también en el diseño de grandes evaluaciones. Por ejemplo, yo organicé el modelo Docentia que ha sido certificado por la ANECA. Ese modelo lo implanté yo en la universidad y, ocho años más tarde, sigue funcionando. Creo que eso es una contribución importante a mi universidad, mejorable, pero importante. También he participado, nombrada por el Senado mexicano, en el diseño de la evaluación de los profesores en el tramo no universitario del sistema. Para mí esa asesoría al Gobierno mexicano fue bastante importante. También estuve dos años en la Universidad de California de Los Ángeles.

¿Es quizás presentarse a su segunda candidatura como rector lo más arriesgado que ha hecho en su carrera?

No, arriesgada, no. Creo que es atrevida, pero no creo que sea arriesgada. Yo no percibo riesgo en esto, es decir, ¿qué puedo perder o ganar? ¿Qué pasa si pierdo? No pasa nada. ¿Qué pasa si gano? Pues puede pasar mucho. Percibo dificultades, pero riesgo no.

La universidad no tiene sentido sin los estudiantes. La docencia y la investigación claramente están orientadas a los estudiantes. No podemos dar una docencia de calidad si no investigamos

¿Cuál será la primera medida que tomará si es elegida rectora?

Creo que organizar, en concreto, el ámbito de la investigación dentro de la Complutense, que es un clamor. Las dificultades tan importantes que tiene la universidad para poder participar en convocatorias de investigación, en los planes nacionales, en convocatorias europeas, etc. Para que la Complutense pueda ser una universidad moderna, los investigadores tenemos que seguir investigando. Estamos dejando de hacerlo porque la gestión es tan compleja que preferimos o no concurrir, o concurrir con otras universidades que hagan la gestión. Y eso es un problema porque es descapitalizar la Universidad Complutense. Por eso creo que lo primero que deberíamos hacer es organizar la gestión de la investigación y proponer un proyecto científico de futuro, algo que nunca nos hemos planteado.

Si es elegida, seguramente tendrá que dejar de dar clase, ¿qué echará de menos de la tarea docente?

Cuando era vicerrectora dejé la docencia el primer año para estar muy centrada, pero el segundo año volví a dar clase. Me cogí un grupo por las tardes para que no interfiriera con nada y volví a dar clase. Me cuesta dejarlo porque me gusta, me resulta muy agradable dar clase, me resulta muy interesante. Y creo que voy a proceder de la misma manera, voy a centrarme en lo que tengo que estar centrada y, en cuanto eso esté organizado, si soy capaz y puedo, volveré a la docencia.

¿Qué papel cree que deben jugar los estudiantes en esta universidad?

La universidad no tiene sentido sin los estudiantes. La docencia y la investigación claramente están orientadas a los estudiantes. No podemos dar una docencia de calidad si no investigamos y si no presentamos lo que está en el límite del conocimiento. Los estudiantes se manifiestan tanto con la palabra como con sus acciones, lo vemos en las aulas, si dejan de ir a clase o dejan de matricularse es una forma de comunicarse y debemos de saber interpretarla. Ellos manifiestan lo que les parece mejor o peor, y eso hay que saber verlo para entender cómo está la situación.

En su programa habla de una Complutense moderna. ¿Qué le falta a nuestra universidad para que se considere moderna?

Le faltan cosas, sí. Hemos hablado antes de la investigación, y creo que eso es muy importante. Cuando hacemos investigación, tiene que ser fácil investigar. También hay que facilitar otras cosas, como transitar por la universidad, hacer una matrícula, elaborar una memoria de seguimiento de una titulación, gestionar las matrículas de las facultades… Eso da un valor añadido al trabajo. Creo que la vida tiene que ser fácil para todos en una universidad moderna.

También propone eliminar trámites burocráticos. Suena como un sueño idílico. ¿Cómo se podría hacer?

Da igual que sea la gestión de un viaje para irte a un congreso que la matrícula de un máster o de un grado, el asunto es que hay que analizar cuál es el procedimiento y ahí hay muchas trabas muy importantes. A los profesores nos piden sistemáticamente, por ejemplo, nuestro número de registro personal, que es algo que tiene la universidad pero que nosotros tenemos que poner cada vez. Eso sucede porque las bases de datos no están fusionadas, no hay una base de datos única. Aunque fusionar las bases de datos no es fácil de hacer, sí es relativamente fácil evitar reiteraciones en los distintos procedimientos.

Pero usted tiene experiencia en el vicerrectorado, ¿es que no existe ese canal de comunicación?

La verdad es que la comunicación, tanto interna como externa, en la universidad es bastante deficitaria. Cuando uno llega a un puesto de gestión, tiene unos interlocutores naturales: un vicerrector habla con un vicedecano o con un decano, da igual, pero es que debajo de ese vicedecano o de ese decano, hay profesores, hay estudiantes. Lo que yo creo es que no hay que olvidarse de lo que estamos haciendo ahora, que es hablar con todo el mundo. Llevo ya unos meses hablando con mucha gente en facultades, en servicios, con estudiantes, etc. No hay que olvidarse de eso. Están los canales habituales, los establecidos, comisiones, equivalentes a la hora de gestionar, etc. Pero no nos podemos olvidar de que la universidad tiene muchas voces, muchas miradas, y que es de todos y de todas.

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Imagen destacada: María Castro Morera candidata a rectora 2023. (Fotografía: Paula Parra, La Videofactoría)

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